Enumerar todos los pescados gallegos de los que podemos disfrutar día a día sería complicado. Galicia posee la fortuna de estar ubicada en una zona ideal para el desarrollo de una gran cantidad de especies de pescados y mariscos, haciendo de la costa gallega un sitio especial.
A lo largo de sus casi 1500 kilómetros, son abundantes las entradas y salidas del mar (cabos, golfos, ensenadas, rías). Son estos entrantes los que permiten el desarrollo de algunas especies que prefieren la tranquilidad que otorga no vivir en el mar abierto.
El elemento diferencial es lo que se conoce como afloramiento. Este movimiento se produce por las particularidades de la costa gallega y los vientos del norte que arrastran el agua de la superficie hacia el mar, siendo ésta reemplazada por otra más fría y más rica en nutrientes.
El agua que baña las costas de Galicia ofrece pescados muy variados y de alta calidad. Muchos de ellos no son exclusivos de la comunidad gallega, simplemente cabe reconocer que, capturados en ella, tienen un sabor especial y único.
A continuación enlistamos el pescado salvaje de pesca artesanal más demandado que se pesca en las rías baixas de Galicia.
Es muy importante que el pescado sea fresco, es más, existen guías para pescadores y consumidores que indican el estado físico y químico del producto. Para que un pescado sea fresco, debe haber sido almacenado a baja temperatura, y debe tener otras características.
Estas son las características o algunas cosas que debes tener en cuenta para evaluar la frescura de la pieza que vas a comprar.
Si las branquias son grises o amarillentas, no son frescas. Además, en lo que respecta a la piel, debe tener un color brillante y fuerte.
También se puede comprobar directamente en la pescadería si las agallas están resbaladizas, lo que te indicará su grado de frescura. Si están ennegrecidos u opacos, desecha de inmediato el pescado.
Brillantes, globulares y saltones. Si los ojos del pescado son claros, significa que es realmente fresco, a diferencia de aquellos cuyos ojos son opacos, blanquecinos o están hundidos, lo que es una clara señal de que ha pasado el momento de la frescura.
También debe tener una rica escama, debe ser brillante y bastante dura (cuando la despegas, esta debe estar firmemente adherida a la piel, lo que hace que sea un proceso complicado al momento de limpiarlo).
Tanto la membrana como el pescado deben tener una consistencia firme. El pescado fresco no debe tener la carne flácida, por eso debes fijarte que esta esté firmemente adherida al hueso. Esto puede comprobarse cuando manipulas la carne del pescado.
Cuando el pescado está fresco, huele a mar, lo que es fácilmente reconocible. Cuando por ejemplo son peces de río suelen oler a agua dulce. Cuando se cocina pescado fresco (no congelado), todavía tendrá el olor de su hábitat natural.
Si por el contrario, huele mal o se acerca a ello, es importante no comerlo siquiera, ya que puede tener efectos graves en el organismo.
Por otra parte, como son los órganos internos del pez los que se deterioran primero, el estómago se hincha porque los órganos internos se están descomponiendo, y el gas bacteriano generado provoca un efecto globo.
Si te has quedado con las ganas de disfrutar de un delicioso pescado gallego, aquí te damos una receta típica gallega que no puedes dejar pasar.
La Caldeirada de pescado es un guiso típico de la gastronomía gallega realizada con casi cualquier pescado de los muchos que habitan las costas gallegas. A este guiso se le suele añadir patatas, pimientos y guisantes.
Para 4 personas:
¿Te has quedado con ganas de probar otra receta gallega de pescado? Te invitamos a La Flor de Galicia en donde podrás disfrutar de una amplia variedad de pescados y mariscos traídos directamente desde las lonjas gallegas. Y si eres más de carne, ponemos a tu disposición los mejores cortes de carne que puedes acompañar con nuestra selección de vinos nacionales Reserva aquí.
LEER MÁS ARTÍCULOS DEL BLOGDirección:
C/ Alcántara nº 15
28006 Madrid
Teléfonos:
91 578 20 24 - 659 541 739
Email:
info@laflordegalicia.es